miércoles, 19 de noviembre de 2014

PAULO FREIRE: ÓPTICA CON LA QUE SE ABORDA LA LEY 26.651

Abordaremos la implementación de la ley 26.651 desde una óptica educacional y pedagógica, considerando los efectos simbólicos de la imagen cartográfica en la construcción del patrimonio nacional y sus efectos en el ámbito educativo.

A lo Largo de su obra, Paulo Freire  se ha involucrado fuertemente con la construcción de una sociedad desde la conciencia, planteando que la educación en cada país debiera de convertirse en un proceso político, construyendo el conocimiento desde las diferentes realidades que afectan tanto a maestros como alumnos, cuanto sujetos políticos.

Los maestros deben colaborar en el conocimiento de la sociedad en la cual están desarrollando su proceso de aprendizaje, mientras que los alumnos deben construir el conocimiento como un acto político para pasar de ser seres sociales pasivos a ser  seres sociales activos, críticos y pensantes.
La construcción del ser nacional guarda fuerte relación con estas premisas, atravesado en este caso por un simbolismo como lo es la cartografía.

En el año 42´, la Argentina delimitó el Sector Antártico Argentino entre los 25 y 74 grados de longitud Oeste, y los 60 grados de latitud Sur hasta el Polo, aunque no de manera exclusiva. Sobre el sector, otros Estados limitaron los suyos, entre ellos Chile y Gran Bretaña.
 Tal como lo indica Freire en su libro Pedagogía del oprimido, en muchas ocasiones las divisiones (en este caso territoriales) facilitan la opresión por parte de externos; “ No pueden darse el lujo de aceptar la unificación de las masas populares, la cuál significaría, indiscutiblemente, una amenaza seria para su hegemonía”. 

La implementación en el ámbito escolar de la ley 26.651 permite la unificación de todos los niños y jóvenes bajo una representación acertada del territorio nacional. De esta manera, a una edad temprana, se naturaliza el mapa en el consiente de los jovenes ; se educa exhibiendo la realidad topográfica del Estado, contribuyendo a la construcción de un sentimiento de pertenencia, que permite su defensa ante cualquier intento de opresión y división externa. 

Sería idea que tal como lo expresa Freire en su Octava carta en Cartas a quien pretende enseñar,  los contenidos desarrollados en la etapa escolar no fueran tratados como simples cosas, “saberes que se pueden sobreponer o yuxtaponer al cuerpo consciente de los educandos. Enseñar, aprender y conocer no tiene nada que ver con esa práctica mecanicista”. 

No se trata en realidad de una simple modificación en un mapa, implica la visibilización de las legítimas pretensiones de soberanía sobre un territorio  en el cual se ha trabajado y se lo ha protegido por más de 100 años. Que el tema de esta octava carta sea la “identidad cultural y educación” no es menor, ya que se hace hincapié en las diversas formas de construcción de la identidad, pero que en todos sus aspectos debe ser abordada con responsabilidad y compromiso por parte de los educadores. 

Dar sentido a la implementación de dicha ley también es un acto político, que implica la ampliación de la conciencia y el desarrollo de un pensamiento crítico que, a nuestro parecer, aún tiene un gran camino que recorrer. 

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